Por su capacidad de retención de calor, eficiencia energética, mejora acústica, amortiguación de la pisada, disminución de fatiga en las piernas, reducción del riesgo de caída por resbalones… además de ayudar a reciclar el aire circundante, la moqueta de lana ha sido durante siglos el elemento principal de la decoración de interiores tanto en el sector doméstico como en el resto: hoteles, cines, etc.
Precisamente, gracias a su capacidad de retener las partículas de polvo y alérgenos que circulan en el aire, depositándolos entre sus fibras y eliminándolos mediante su aspiración, la moqueta de lana ayuda a mantener el ambiente más limpio y con ello mejorar la calidad de vida.
La moqueta de lana contribuye a una reducción del número de partículas en el aire (VOCs) de hasta 4 veces comparado con los pavimentos duros. También, los pavimentos textiles ayudan a disminuir las afecciones alérgicas así como otras de carácter respiratorio con lo que, sin duda, se convierte en un elemento de decoración seguro y de gran calidad.
Pero todo esto no es una percepción sino fruto de numerosos estudios que han demostrado esta relación directa entre moqueta y mejora del aire, entre los que destacan: The Canadian carpet de Canadá, The carpet and rug institute de los EEUU, the Swedish Institute for Fibre Polymer Research de Suecia y DAAB (Deutscher Allergie- Ander Asthmabund, e.V. 2005).
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